
Por si eso fuera poco, nos cuentan que el documental incluye imágenes rodadas por Robert Capa y Gerda Taro en 1937, en Brunete, imágenes que éstos cedieron a Henry y estuvieron perdidas hasta hace unos años, cuando apareció la famosa maleta mexicana de Capa.
Aquello no era un encargo, la película había nacido del compromiso del fotógrafo, así que se permitió experimentar, hacer curiosos travellings, forzar los primeros planos en busca de los hombres. "Es curioso cómo su estilo sufre una transición en esta película, del surrealismo del inicio al humanismo posterior por el que sería más conocido", apunta Salas. El cine soviético de la época y el eco de Las Hurdes de Luis Buñuel están ahí.